NOS ESCRIBE:
Si, se ocasionara un temblor en estos momentos en el Distrito de Monsefú, se evidenciarían las deficiencias de la pésima ejecución de las Obras de Saneamiento de Agua Potable y Alcantarillados en Monsefú. Muchos de los planteamientos expuestos por los especialistas refuerzan la idea de que al momento de planificar una ampliación de la redes de agua potable y alcantarillado es mejor asesorarse por profesionales con amplia experiencia, especialmente cuando se trata de ampliaciones y cuando se modifiquen parte del proyecto.
“Hay más Obras dañadas por la insuficiente supervisión y la escasa fiscalización por parte de los Regidores de la Oposición, el Gobernador Político casos: Construcción del Estadio Municipal (mala orientación y su infraestructura) Mini Coliseo (alcantarillado sin pendientes, piscina mal construida, etc.) Caso Copinsa (gobierno de Miguel Ángel Bartra) Caso Av. Conroy (Gestión Boris Bartra), Caso Calle Simón Bolívar ( Gestión Sra. Rita Ayasta), Caso Saneamiento Pueblo Joven Barrantes(Gestión del Sr, Lázaro Puicón) y así seguiríamos denunciando una serie de casos que sería cansarlos. Y todo este gran número de Obras Públicas, que han sufrido daños en el poco tiempo de su ejecución, jamás se hallaron responsables y mucho menos fueron denunciadas y sancionadas.
También, se debe tener en cuenta en una mayor fiscalización por parte de los Regidores de la Oposición, Gobernador Político y por los mismos Pobladores, pues una obra, aunque parezca menor, puede eventualmente producir cambios en cómo funciona una Obras Pública en un sismo, inundación o incendio. Cometer errores en la ejecución, remodelación aumentan daños: Económicos, materiales, psicológicos, de salud, y lo más grave se tendrá que volver a conseguir dinero para reparar estos daños.
Un temblor lo desnuda todo. Con ello se puede evidenciar como están hechas las obras ocultadas bajo tierra (agua potable y desagüe), Hasta las casas. Deja en evidencia todas las Obras mal ejecutadas por nuestras autoridades.
Y explicar a los Monsefuanos que radicamos en esta tierra, que, no debemos olvidarnos de los daños ocasionados a los vecinos de dichos sectores, por donde se ejecutó estas obras, fueron meses de molestias e incomodidades, soportando malos olores y con charcos de agua servidas en nuestras cuadras, desayunando, almorzando y cenando con estos olores. Quedaron de manifiesto en nuestras mentes. Por una mala elección de la empresa constructora o por el compromiso asumido por la autoridad de turno en su momento con la empresas constructoras.
“El primero de ellos guarda relación con unir los antiguos momentos vividos por los vecinos de los sectores donde se ejecutaron estas obras, cortando el pase peatonal y vehicular. Ello implica que la estructura estuvo mal direccionada y mal ejecutada, sin contar con una buena supervisión de los profesionales Monsefuanos, esto trajo consigo que se ha perdido la capacidad de exigir el respeto por todos los que radicamos en este espacio de suelo llamado Monsefú. En este sentido, antes de empezar un proyecto habría que unir a los vecinos, con la finalidad de educar e informar el desarrollo de la obra, en estos espacios, se debe efectuar un análisis profundo de la infraestructura pública: de forma de incluir elementos estructurales (de calidad) que reemplacen a los antiguos.
El segundo error, es señalar, con relación al material utilizado en la ejecución de la obra pública. “Se suele ejecutar las obras con materiales diferentes a los que exige el expediente técnico, los cuales frente a un fenómeno natural, movimientos sísmicos, aguas pluviales, estos tienen una gran repercusión en la estructura, generando con ello una clara evidencia de los trabajos ocultos realizados por la empresas constructoras, lo que puede llevar al colapso de la estructura original. Este es el caso, por ejemplo, de pavimentaciones en asfalto, pavimentaciones en concreto, edificaciones públicas (estadio, coliseo, plataformas deportivas, pozos artesianos, etc.)”. estos casos, de errores cometidos en la ejecución de la Obra Pública, se podrían haber evitado con más fiscalización y conciencia.
Por ello, se debe generar un cambio en la normativa municipal, para que efectivamente se obligue a que toda ampliación deba venir acompañada de una pequeña memoria de cálculo estructural, efectuada por un profesional responsable.
Es importante considerar la participación de una ITO- Inspección Técnica de Obra, único participante del proceso cuyo objetivo final es el de velar por el fiel cumplimiento del proyecto. “Dependiendo de la experiencia del inspector, incluso hará aportes tendientes a modificar el proyecto en caso que exista alguna deficiencia u omisión en éste”.
Todos estos daños no son fruto del azar, sino que radican en una cultura arraigada: improvisaciones, compromisos asumidos, el soborno la sobrevaloraciones en los expedientes Técnicos y no consultar a las personas idóneas.
Debe existir una mayor fiscalización, pues una obra, aunque parezca menor, puede eventualmente producir cambios en cómo funciona una Obra Publica en un sismo o incendio, inundación, etc.
En las zonas cercanas a la obra Publica, han sido testigo de cómo malas decisiones respecto de la modificación de la obra, han redundado en daños de diversa envergadura en las construcciones. Y hablo no sólo de construcciones antiguas.
COMENTARIO POR UN PROFESIONAL
ING. JACKSON FARRO VASQUEZ..