domingo, 25 de diciembre de 2011

LOS MEJORES DESEOS EN ESTA NAVIDAD


Llegó la fiesta más importante en nuestras vidas. La Navidad, convirtiéndose en la fiesta cristiana que tiene como motivo principal el núcleo familiar, renovando nuestro compromiso con los valores de amor, paz, solidaridad, esperanza y reconciliación.
También la Navidad constituye una oportunidad para reflexionar sobre los graves problemas que aquejan a nuestro país y preguntarnos qué podemos hacer y qué estamos haciendo para remediarlos. No podemos permanecer impasibles ante la pobreza que agobia a millones de peruanos y debemos  exigir al Gobierno y de los políticos planes y acciones concretas y urgentes, más allá del asistencialismo.
El reto de nuestros gobernantes  es aprender de los errores e imprimir criterios de eficiencia, control y transparencia a los programas sociales. Esto, sin perder de vista que el mejor remedio contra la pobreza es el crecimiento económico. También se debe trabajar intensamente en ampliar la cobertura de salud y mejorar la calidad educativa. No hay peor segregación que la que impide a los peruanos similares posibilidades de desarrollo por falta de acceso a educación de calidad.
En esta fecha especial también tratemos de entender al prójimo, restañemos heridas y no desperdiciemos la oportunidad de avanzar hacia el desarrollo. Desprendámonos de prejuicios y anteojeras ideológicas, para propiciar la solidaridad y el diálogo. Pensemos como ciudadanos para convivir en paz y solidariamente en nuestro país.
Aprovechamos la oportunidad para  desearles una feliz navidad en compañía de sus seres queridos, deseo que el verdadero sentido de la navidad este reinando en sus corazones; ese sentido mas espiritual que material, el verdadero sentido que nos hizo dejar atrás los rencores e insultos que nos hayan lastimado en el año, el sentido que nos hizo realizar alguna obra en beneficio de los demás.
Cada año tenemos esta hermosa oportunidad de que resurja en nuestro corazón el amor, la alegría, la paz; esta fecha nos debe hacer más conscientes de nuestro origen y de nuestro andar, mi invitación es que no sea una vez al año cuando disfrutemos esta hermosa oportunidad, si no que llevemos la actitud de navidad todos los días del siguiente año.

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